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Hoy he estado pintando las paredes de un aula de la sede donde desde hace años vengo volcando mi labor de voluntariado, y lo he hecho junto a compañeros de ruta y aventura, hemos cantado, hemos reído y sobre todo hemos trabajado con alegría para que en Septiembre, cuando volvamos a reanudar nuestras actividades, aquellos que vengan por primera vez se encuentren un lugar limpio y luminoso.
Muchos podréis pensar ¿que se puede extraer de la acción de pintar una pared? Pues yo quiero compartir con vosotros hoy un tesoro de este momento y es la alegría que me transmitió una compañera de ruta, cuando rompiendo el silencio de la concentración en el trabajo nos ofreció una canción, que hizo de ese momento un tiempo especial. La letra de la canción hablaba de sueños e ideales, de humildes vigías de los pasos de un idealista... y de sueños tan hermosos... que una acción aparentemente monótona como pintar una pared se convirtiera en un acción llena de color, que nos dejó un aroma de fuerza, acción y vida.
Si, cualquier acto cotidiano puede ser un tesoro, y hoy para mí lo ha sido pintar una pared.